Errores de la política petrolera

Publicado en por Proyecto Sur Malvinas Argentinas

*Por Pino Solanas.

 

     Por muchas razones, el tema del petróleo está hoy presente en los análisis de los más serios observadores internacionales, aunque pocas veces se explica qué pasa en la realidad. Al estar próximo su agotamiento, la confusión y las interpretaciones sesgadas tienen una frecuencia inusual. Entre las causas que la explican está la discusión sobre su agotamiento prematuro y el hecho de que en los próximos decenios no habrá petróleo barato

 

     Las proyecciones dicen que quedan 40 años para el crudo, 60 para el gas y 200 para el carbón mineral. La concentración de las reservas petroleras (los árabes y la OPEP tienen el 70% del total) y la conversión de Estados Unidos y China (que son los máximos consumidores) en los primeros importadores anuncian que las guerras del petróleo continuarán y el precio subirá. Hoy se cotiza a 90 dólares el barril, pero el 3 de julio de 2008 superó la barrera de los 150 en las bolsas de Nueva York y de Londres

 

     A punto de cumplirse 103 años del descubrimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia, el tema tiene actualidad para nosotros. La Argentina fue el primer país con administración estatal del petróleo, desde 1907, y en 1922 crea YPF, la primera petrolera estatal de Occidente

 

     Desde entonces, y durante 82 años, todos los gobiernos sostuvieron las mismas políticas de Estado, que consideraban los hidrocarburos como recurso estratégico al servicio de la Nación. Recordemos que Jorge Newbery, el defensor de la empresa pública y autor del primer libro sobre el crudo escrito en el país -Petróleo- era conservador; los radicales Yrigoyen y Alvear sostuvieron la gestión del General Mosconi al frente de YPF, que en siete años multiplicó 400 veces el capital de la compañía, haciéndola una empresa eficiente e innovadora; Juan Perón crea Gas del Estado y en el artículo 40 de la Constitución de 1949 establece: "Los minerales y caídas de aguas, los yacimientos de petróleo, carbón y gas (.) son propiedades inalienables e imprescriptibles de la Nación".

 

     En 1989, nuestro país se autoabastecía en hidrocarburos y tenía reservas por 35 años de gas y 16 años de crudo. El salvaje proceso de privatización lanzado por Carlos Menem -similar al experimentado por Bolivia y Rusia- destrozó 82 años de políticas de Estado y traspasó los yacimientos. Lejos de multiplicar sus reservas con la privatización, el país perdió el autoabastecimiento, importa gas y crudo, y hoy es el único país de América latina sin una empresa pública petrolera.

 

     A diferencia de lo que ocurre en la legislación de la mayoría de los países, en la Argentina el petróleo dejó de ser un bien estratégico para ser un simple commodity. Hoy los conflictos petrogasíferos se producen por la posesión de las reservas, y no, como en el siglo anterior, por la posesión de los mercados de combustibles y lubricantes. Para justificar privatizaciones se llegó a decir que "el petróleo bajo tierra no vale nada". Hoy la afirmación válida dice "que el país sin reservas no tiene futuro". La OPEP bien lo sabe, porque teniendo alrededor del 70% de las reservas mundiales solo extrae el 33% del crudo que se explota en el mundo

 

     Frente a este escenario mundial, ¿qué se hizo en nuestro país? Se desnacionalizó el dominio del subsuelo, se achicaron las reservas al permitir la libre exportación; se disminuyó la extracción porque las inversiones prometidas no se realizaron o se hicieron a medias y el Gobierno, irresponsablemente, sigue sosteniendo la condición de commodity, a pesar de tener enfrente, en Malvinas, la amenaza de la más poderosa base militar del hemisferio sSur -con armamento nuclear- para resguardar la explotación británica de nuestras reservas petroleras marítimas.

 

Vale la pena detenerse en algunas precisiones

 

     a) Salvo en la Argentina, el mundo nacionalizó el petróleo y el dominio público alcanza del 83% al 92% (The Financial TimesJournal of Gas & Oil). Las nacionalizaciones se realizaron a través de la retrocesión concesional por causa de inversiones incumplidas, por derrames con daños ambientales, por falta de pagos tributarios. Así lo hicieron Rusia y Bolivia para recuperar su petróleo.

 

     b) Hoy los países luchan por mantener y lograr nuevas reservas. La consigna es descubrir reservas en mayor cantidad respecto de lo que se extrae. En la Argentina no se obliga a las empresas a reponer lo extraído, como es tradición mundial. La política desreguladora de Menem se profundizó y Néstor Kirchner fue más lejos: inauguró los permisos de exploración en la plataforma marítima, modificó la ley de hidrocarburos y permitió 10 años antes la prórroga de las concesiones que vencían en el 2017. Contra el autoabastecimiento, la tasa de sustitución de reservas es negativa.

 

     c) Es necesaria la integración con los países de América latina. La política petrolera mundial es fuertemente regional (América del Norte, Europa del Oeste, Sudamérica, Mediano y Lejano Oriente, Asia, etc.). La Argentina, al eliminar las empresas públicas y ceder la decisión de invertir a las multinacionales euro-estadounidenses, carece del instrumento integrador.

 

     d) La incorporación de capitales chinos pone de manifiesto dos problemas: el traspaso de concesiones del subsuelo las realizan y las informan las empresas petroleras (PAE, BP, Bridas y la china Cnooc) sin que el Estado concedente las haya autorizado. A los gobernadores involucrados en el yacimiento de Cerro Dragón, la venta del 60% de Pan American Energy a Bridas Cnooc les resultó una novedad. Mientras, la empresa estatal china mantendrá la política de exportación de petróleo crudo sin valor agregado, como lo hacía la británica BP.

 

     e) Cuando hoy la Presidenta dice "profundizar el modelo", ¿significa aceptar y multiplicar el modelo menemista? Todos los análisis nos llevan a esa conclusión. Inclusive se ha establecido un sistema que fracciona el mercado gasífero y petrolero argentino con la extracción plus que permite a las petroleras cobrar el gas nuevo más caro que el extraído en los yacimientos viejos: dos mercados con dos precios diferentes, creándose una nueva base de corrupción en el sector petrolero.

 

     Para nosotros y para las necesidades del país, el petróleo y los recursos naturales estratégicos conforman una de nuestras causas principales. Autodeterminación, respeto del ambiente, recuperación del dominio público nacional y obtención de la renta petrolera para su distribución federal; dignificación del trabajo petrolero; reemplazo de la irracional matriz energética que aún se mantiene; retrotraer concesiones y permisos que incumplen el cuidado del ambiente, los compromisos de inversión y las obligaciones fiscales. Argentinización real de las petroleras para la Argentina y no para pequeños grupos financieros con empresas constituidas en el extranjero. Estos objetivos se complementan en nuestro proyecto integrador con la creación de la empresa Yacimientos Petrolíferos Federales (YPF), que podemos hacer realidad cuando la conciencia de nuestro pueblo se imponga y exija el cumplimiento de su voluntad soberana. Tanto en petróleo, como en todos los temas, debemos conducirnos con coherencia, ética, unidad y proyecto.

Etiquetado en OPINIÓN

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post